Mi intención al comenzar con este blog, tal y como se puede intuir por su nombre, es hablar del café y la ciudad. Ultimamente he hablado muy poco del café, y voy a enmendarlo con esta entrada.
Los Cafés Caracas son, junto a los Bracafé, mis favoritos de la ciudad. Hoy he parado a tomar un café en el de la calle del Cigne, junto al Mercat de la LLibertat.
El café, fabuloso. Es increíble la frenética actividad de los tres camareros para atender la barra y la cafetera. Y lo más destacable y digno de elogio, bajo mi punto de vista, es que en muchos años que llevo tomando café en el Caracas, no se han equivocado nunca, ni me han servido un café mal preparado. Siempre preguntan cómo quieres la leche, tienen las jarras preparadas (como en el Bracafé de Casp). La limpieza de la barra es continua, siempre están repasando tanto la barra como la cafetera.
Son una institución en el barrio, tienen cafeterías al lado de los mercados. Venden café y té en los mismos establecimientos, y galletas y pastas para acompañar. Ahora incluso tienen su propia cafetera y sistema de cápsulas para tomar el café en casa.
Lo que más me sorprendió, hace ya años, cuando comencé a tomar café cada día por las tardes, fue que tras ir sólo cuatro o cinco veces, y como soy de ideas fijas, cuando el camarero me veía acercar a través de las puertas de cristal, me preparaba el café, ponía la leche a mi gusto y dejaba la taza justo donde suelo sentarme. No me ponía sobres de azúcar, no los uso. Y así con un montón de clientes más, ya que me fijé en ello.
Los precios, de cualquier bar. Si tenéis hambre tienen muy buenos bocadillos y repostería.
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